Hoy, que tengo el día triste -sin motivo aparente, no hay por qué preocuparse-, he decidido hablar de novias que ríen.

Porque así soy yo; "que tengo el día triste, pues hablo de cosas felices". Que no está la vida para encima andar regodeándose en las penas. Así que ¡a reír todo el mundo!

Hablar de novias que ríen. De lo guapísimas que están en el momento que ríen mientras miran a sus novios, o a sus invitados, o al horizonte, me da igual. Y ríen. Ríen por los nervios, por la emoción del momento, por lo guapas que se ven, por lo guapo que están sus pareja, por la de gente querida que tiene alrededor, por ver el orgullo de un padre, por la felicidad de una madre o por los ojillos vidriosos por la emoción de una abuela. Ríen y se sienten felices. Y guapas.

Porque son muchos los beneficios que nos han contado que tiene reír; que si libera angustia, que si incrementa autoestima, que si limpia pulmones... todo eso está muy bien, pero el día de tu boda, lo que de verdad una quiere, es estar feliz... y guapa. Y para eso, querida novia, mi mayor consejo es que rías.

Que rías si te tropezaste camino al altar, si al padrino se le cayó la flor de la solapa, ríe si no sabes qué decir, o no recuerdas ese brindis tan especial que habías preparado. Ríe. Ríe cuando tu amiga recuerde la juerga que os pegasteis en el instituto o cuando tu hermano rememore las peleas y aventuras que vivisteis de críos. Ríe.

Pero no te rías sólo de las cosas felices. Ríe también si llueve el día de tu boda, si a tu dama de honor se le olvidó llevarte la liga, si el violinista se ha perdido y llega tarde. Ríe porque tu amiga se trabe leyendo en el altar, porque tu ahijado le dé una patada al sobrino de tu novio o porque no seas capaz de hacer otra cosa. Ríe.

Da igual si tu cuñada se puso un vestido beige o si tu madre quiso ser la protagonista de tu historia, tú ríe. Ríe porque nadie nunca podrá quitarte ese momento de felicidad, porque nunca volverás a sentirte tan llena, tan completa, tan feliz. Y porque estarás más guapa.

Y mira que soy la primera que me veo en una foto riendo a carcajadas y pienso en lo fea que salgo, pero no es la belleza física la que importa, sino lo bellas que estamos por dentro, porque no hay mayor belleza que la que te da la felicidad.

¿Veis? Hoy tenía el día triste y ya lo tengo feliz. Porque vengo aquí, os cuento mis penas, busco unas buenas fotos de novias bloggers buenrollistas y me alegro el día.

Y claro, ya que estamos, pues añado la mía también. Ya sabéis... ¡¡todos a reír!!

Perdón a las bloggers que no salís... no encontré fotos de todas riendo, ni tenía tanto que contar xD.