Fearless Photographers es la Asociación que reúne los mejores fotógrafos de boda del mundo, fotógrafos que no tienen miedo de llegar hasta el límite de la fotografía de boda, que sorprenden con imágenes extraordinarias. Es un honor formar parte de esta Asociación que realiza un trabajo importante valorizando este sector, destacando los mejores profesionales y ayudando a las parejas a encontrar su fotógrafo ideal.

Fearless Awards es el concurso fotográfico que premia las mejores fotos de boda de todo el mundo. Se buscan imágenes originales, historias reales con un carácter emocional y artístico. Retratos, detalles o momentos que salen de lo habitual. Contenidos que elevan la fotografía de boda a un nivel superior. Es un concurso muy selectivo ya que se premia de media solo una foto cada cien.

Me siento orgulloso de recibir este premio Fearless Award por una foto muy especial, como los protagonistas. La imagen es de la boda de Ana y Victor en Segorbe. Una joven pareja que celebró su boda el año pasado, fue una ceremonia muy emotiva, tuve una gran sintonía con ellos desde el primer momento en que les conocí. En la foto aparece un niño festejando el justo momento del primer beso de los novios. En ese instante que tomé la foto sentí enseguida que esta fotografía era especial.

El comentario de los jueces del concurso relata así:

Claro, el fotógrafo podría haber acercado y conseguir una visión tradicional del primer beso, pero la reacción de este niño en primer plano añade mucho más a la historia. Es un momento dulce que la pareja probablemente hubiera perdido.

Y aún más, como si no estuviera contento con esta noticia, también han publicado esta foto en un artículo del Huffington Post

Recibir este reconocimiento es una gran alegría, una motivación para seguir creyendo en la Fotografía de boda de autor. Para continuar con más ganas saliendo de los estereotipos y buscando algo más. Una fotografía de boda sin miedo, fearless!

Y todo esto lo debo a las parejas que me han elegido y han apreciado mi trabajo, sin ellas no hubiera llegado hasta aquí. Y por supuesto a mis hijas Maya y Paloma que me dan energía y fuerza, a mi compañera de vida, Florencia, que siempre me ha apoyado y acompañado en este recorrido. Sin ellas no sería posible!